-¡HA LLEGADO EL ALMA
DE LA FIESTA! – provenía de una voz que me era conocida…
-Joder.
-Dime que ese no es
Ryan, por favor – dije mientras me escondía debajo de las sábanas.
-¿Joel? ¿Estás en el
salón? – la voz de Ryan traspasaba las paredes de una forma impresionante.
-Joel, por lo que más
quieras, haz algo, no puedo dejar que me vea… así.
-Antes no te
importaba estar… así – dijo con una sonrisa pícara.
-Joel, deja las
bromas para luego. ¡Vístete y sal! ¡Vamos!
-Esto no se va a
quedar así, ¿eh?
-¡Sal de aquí,
vamos!
Empujé a Joel de la
cama mientras le iba pasando su ropa, que había acabado por el suelo de su
habitación. Mientras se vestía, yo rezaba para que Ryan no viniese a su
habitación.
Cuando Joel se fue,
aproveché para vestirme… ¿dónde había puesto mis pantalones? Aquello era un
revoltijo de cosas entre mi ropa y todos los objetos que habíamos apartado
minutos antes.
Cuando estuve lista, pensé que no estaría mal colocar un poco la
habitación, así que me puse a colocar las cosas que había por allí tiradas.
Mientras decidía dónde poner todo aquello, escuché la conversación que estaban
teniendo Ryan y Joel.
-¡Tío! ¿Dónde te habías
metido?
-Estaba… colocando
un poco la habitación – dijo mientras
soltaba una pequeña carcajada. Sabía perfectamente que lo que había hecho era
justo lo contrario.
-Aburrido. Espero que
esta noche seas algo más… alegre (?) No quiero que en la fiesta haya caras
largas, ¿vale? Así que prepárate para ponerle un poco de color a tu vida
aburrida y sin color.
-Lo que tú digas
Ryan…
-¡Así me gusta!
Venga, ven a ayudarme, que tengo que sacar de las bolsas todo lo que hemos
comprado.
-¿Y Adam? ¿Dónde te
lo has dejado?
-Iba muy lento y me
he adelantado. ¿Y Ainé? Andy me ha llamado para decirme que ya le ha contado
todo y también me ha dicho que estaba aquí, contigo… ¿dónde la escondes?
-Ha ido a comprar vasos
de plástico, que según ella, no había suficientes. Se ha ido hace poco, así que
seguramente tarde en volver.
Bien pensado Joel
pero… ¿y ahora qué hago? ¿Cómo salgo de aquí? Después de pensar unos minutos,
no se me ocurrió otra cosa que llamar a casa de los chicos y decirle a Ryan que
fuese a por mí a una tienda que estaba a dos manzanas de su casa, para que al
salir, pudiese “escapar” y comprar en la primera tienda que encontrase. Después,
le llamaría diciendo que abordase el plan, que al final no hacía falta que
fuese a por mí.
En el camino de
vuelta, me encontré a Ryan, y estuvimos hablando hasta que llegamos a su casa. Hablar
con él era como hablar con mi hermano, podías contarle lo que fuese, que él
siempre te escuchaba y te daba su opinión, sin rodeos, aunque con tacto, eso
sí.
Me estuvo contando que él fue le que avisó a Irene de lo del viaje y que ella mostró gran interés en pasar tiempo con los chicos. Este viaje prometía y tenía ganas de que llegase cuanto antes.
También me dijo que él estaba interesado en Irene, cosa que no me sorprendía, ya que ella era un buen partido. Tenía pensado lanzarse en el viaje, cuando estuviesen a solas y… en privado. Su intención era que fuesen algo más que amigos, pero sin llegar a comprometerse o sin ser algo serio. Yo no comenté mucho este tema, cosa que él entendió y que agradecí con todo mi corazón. Sabía lo que él quería, y también lo que quería Irene. No tendrían que esperar mucho para conseguir lo que ambos querían y me alegraba por ello. Y si por algún casual acababan juntos… Ryan sería mi primo, y eso tenía su parte positiva.
Me estuvo contando que él fue le que avisó a Irene de lo del viaje y que ella mostró gran interés en pasar tiempo con los chicos. Este viaje prometía y tenía ganas de que llegase cuanto antes.
También me dijo que él estaba interesado en Irene, cosa que no me sorprendía, ya que ella era un buen partido. Tenía pensado lanzarse en el viaje, cuando estuviesen a solas y… en privado. Su intención era que fuesen algo más que amigos, pero sin llegar a comprometerse o sin ser algo serio. Yo no comenté mucho este tema, cosa que él entendió y que agradecí con todo mi corazón. Sabía lo que él quería, y también lo que quería Irene. No tendrían que esperar mucho para conseguir lo que ambos querían y me alegraba por ello. Y si por algún casual acababan juntos… Ryan sería mi primo, y eso tenía su parte positiva.
Cuando llegamos al
ascensor, se hizo el silencio, hasta que justo en el momento en el que el
ascensor llegó al sexto piso.
-Joel es tonto, pero
debes perdonarle. Se vuelve vergonzoso con las chicas que le gustan – dijo guiñándome
un ojo, mientras salía del ascensor.
Ryan… ¿me acababa de
decir que le gusto a Joel? Bueno, algo así tiene que ser si casi…
-¡Ainé! – dijo Adam
sacándome de mi embobamiento.
-¡Adam! ¡Cuánto
tiempo! ¿Qué tal?
-Pues bien, todo
bien, la verdad. ¿Te quedas a comer?
-Si me invitáis…
-Vas a ejercer de
nuestro manager así que supongo que tendrás que empezar a pasar más tiempo con
nosotros, te guste o no.
Joel, que había oído
lo que había dicho Adam, me sonrió, con cara de travieso. Como no tuviese
cuidado nos podían pillar… Bueno, si todo iba bien, se acabarían enterando
todos…
Andy estaba en la cocina
cuando fui a dejar los vasos de plástico que había tenido que comprar gracias a
Joel. No pude evitar relamerme cuando nos enseñó lo que escondía aquella caja…Era
una tarta de chocolate rectangular que tenía cerezas en los bordes a modo de
decoración.
-Te gusta, ¿verdad? Cuando se me ocurrió comprar tarta para
celebrarlo, supe que tenía que ser de chocolate y me acordé de ti al
encargarla.
-Si sobra…. – dije poniéndole cara de niña buena. Sabía que no
podría resistirse.
-Si usas tus dotes de actriz para poner cara de pena, juegas con
ventaja. Pero si, si sobra, será toda tuya, tranquila.
-¡Gracias! Sabes que te quiero, ¿verdad? – dije colgándome de su
cuello mientras le daba un abrazo.
-Yo también te quiero enana, pero quita, que tenemos que poner
la mesa, ¿o no quieres comer? – dijo entre risas.
Comimos unas pizzas que había hecho Joel al microondas… todo un
manjar, por cierto, pero al menos era comida. Mientras comíamos, los chicos me
contaron que en LA íbamos a pasar una semana y que a parte de ir a los sitios dónde
tenían que grabar, también harían algunas entrevistas, irían a alguna que otra
fiesta y algo de vida social con famosos no les venía mal.
Estuvieron hablándome de unos amigos suyos que también tenían un grupo de música, llamados “The Wanted”. Pero no eran como Lawson, ya que eran cinco chicos que cantaban, no tenían músicos que formasen parte de la banda, por así decirlo. Andy me contó que él había conocido a Max, uno de ellos, cuando ambos formaban parte de otro grupo de música que no triunfó. Me hablaron muy bien de ellos, y tenía ganas de que me los presentaran. Al parecer, ambos grupos iban a tocar en una especie de… fiesta, así que allí los conoceríamos.
Estuvieron hablándome de unos amigos suyos que también tenían un grupo de música, llamados “The Wanted”. Pero no eran como Lawson, ya que eran cinco chicos que cantaban, no tenían músicos que formasen parte de la banda, por así decirlo. Andy me contó que él había conocido a Max, uno de ellos, cuando ambos formaban parte de otro grupo de música que no triunfó. Me hablaron muy bien de ellos, y tenía ganas de que me los presentaran. Al parecer, ambos grupos iban a tocar en una especie de… fiesta, así que allí los conoceríamos.
Cuando terminamos de comer, los chicos decidieron echarse una
siesta, ya que pensaban quedarse hasta tarde con la fiesta. Yo decidí ir a un
pequeño centro comercial que estaba a apenas tres calles de su piso, a
comprarme algo más… decente para la fiesta, ya que no tenía ganas de irme en
autobús hasta casa, cambiarme y volver.
No quería arreglarme mucho así que en cuanto vi algo que me
convencía, lo compré, sin más demora. Decidí ponerme una falda con una camisa y
unos tacones, algo no muy formal.
Miré el reloj: todavía tenía tiempo de tomar algo antes de ir a
casa de los chicos. Entré en la primera cafetería que vi y pedí un café con
leche, ya que tenía que despejarme para lo que vendría esa noche.
De vuelta, decidí ponerme el i-Pod en aleatorio y me sorprendí
al escuchar “Boulevard of broken dreams” de Green Day… hacía bastante que no
escuchaba esa canción. Casi sin darme cuenta, estaba ya subiendo en el
ascensor. Todo estaba pasando muy deprisa… o esa era mi sensación.
Adam fue previsible, y me había dejado sus llaves por si ellos
seguían durmiendo. Entré sin apenas hacer ruido. Fui directamente al salón y me
encontré a Andy durmiendo en el sillón… qué mono era cuando dormía. Eran casi
las cinco, así que decidí ir al baño a prepararme. El maquillaje no era muy buen amigo mío, así que me hice la raya del ojo y me eché rimmel... suficiente para mí.
Al salir del baño, me encontré a un sonriente y recién levantado
Andy.
-¿Quién eres tú y qué has hecho con Ainé?
-Idiota - dije sacándole la lengua.
-Ahora en serio, estás muy guapa – dijo dándome un beso en la
mejilla.
-Gracias ricitos.
-¿Puedes ayudar a Joel a colocar las cosas en su sitio? Yo tengo
que ducharme.
-Si, dúchate, no vaya a ser que tus invitados se acaben
desmayando por tu olor a macho.
-Te la vas a ganar enana, te aviso.
-No vas a pegarme, soy adorable, ¿recuerdas? Venga, a la ducha,
señor mayor – dije empujándole dentro del baño y cerrando la puerta para que no
pudiese decirme nada. Fui directamente al salón para ayudar a los chicos.
-Estás….
-¿Si? - Joel estaba algo… asombrado (?) Si, esa podría ser la
palabra para describirlo.
-Estás muy guapa – dijo sin poder mirarme a los ojos. Era muy
mono cuando hacía eso.
-Oh, gracias – dije mientras soltaba una carcajada nerviosa.
Todo estuvo listo a su hora, los chicos, preparados y bien
vestidos. Iban con camisa y vaqueros, cosa que a todos les sentaba bastante
bien. Mientras esperábamos a que la gente fuese llegando, Ryan decidió hacer
uno de esos batidos suyos que llevan de todo.
La gente iba entrando y saludaba a los chicos mientras yo me
quedaba en una esquina, apartada. Al poco, llegaron Irene y Andrea. Andrea
llevaba un vestido azul oscuro y unas manoletinas, mientras que Irene iba con
tacones, leggins y una camiseta larga que tenía la espalda al descubierto, muy
de su estilo.
-¡Chicas! Menos mal que habéis llegado, me estaba quedando marginada - dije mientras abrazaba a ambas.
-Te queremos, pero... ¿puedes dejarnos respirar? - dijo Andrea como pudo.
-¡Perdón! Es la emoción. Por cierto, os veo bien - dije guiñándoles un ojo y riéndome.
-Tú también estás muy guapa tortuguita - dijo Andrea.
-Gracias limón - dije dándole un pequeño achuchón. al alejarme de ella, me di cuenta de algo... - ¿Dónde está Irene?
-¿No es esa que está allí? - Dijo señalando a la parte del salón que estaba debajo del enorme ventanal - Y ese no es....¿?
-¿Estás viendo lo que yo?
Por la reacción de Andrea si, estaba viendo lo mismo que yo.... Ambas estábamos viendo a Irene y a Ryan compartiendo algo más que unas palabras...
---------------------------------------------------------------------------------
¡HOLA!
¿QUÉ TAL TODO? ESPERO QUE BIEN Y ESPERO QUE VUESTRAS VACACIONES PROMETAN. SIENTO MUCHÍSIMO HABER TARDADO TANTÍSIMO EN SUBIR CAPÍTULO, DE VERDAD. A PARTIR DE AHORA, MI INTENCIÓN ES DE SUBIR DOS A LA SEMANA, PERO TODO DEPENDE. ME GUSTARÍA QUE HICIERAIS LA ENCUESTA QUE ESTÁ EN LA PARTE DERECHA DE LA PÁGINA, PARA MÍ SIGNIFICARÍA MUCHO QUE FUESEIS SINCEROS :) HAY UN APARTADO, DEBAJO DE LA ENCUESTA, EN EL QUE OS DOY LAS GRACIAS A TODOS POR LEERME, YA QUE AGRADECER LAS COSAS NUNCA VIENE MAL.
ESPERO QUE ME PERDONÉIS POR TARDAR TANTO Y ESPERO QUE OS ESTÉ GUSTANDO LA HISTORIA.
GRACIAS POR TODO,
Ainé
xx
@annie_aine