miércoles, 17 de julio de 2013

Capítulo 21

-Ainé, Ainé, despierta. Son las doce y media, es hora de levantarse – decía una voz familiar mientras una mano me acariciaba el brazo suavemente.


Decidí abrir los ojos y el exceso de luz hizo que los volviese a cerrar rápidamente. Volví a intentarlo una segunda vez pero abriendo los ojos más despacio y sin llegar a abrirlos del todo. Lo primero que hice fue mirar a aquella persona que me había despertado: Andy. Después, decidí mirar a mi alrededor. Estaba tumbada en el sillón de la casa de los chicos, rodeada de vasos vacíos y platos en los que todavía quedaban restos de tarta.


-¿Qué..? ¿Qué…? – dije a Andy con una voz más grave de lo normal. Odiaba mi voz por las mañanas.

-Tranquila, estás en mi casa, bueno, nuestra casa. La fiesta terminó muy tarde y pensamos que sería mejor que te quedases a dormir.

-¿Y los demás?

-¿Los chicos, dices? Están en sus habitaciones durmiendo, menos Adam, que salió hace una hora a recoger unos papeles que necesitamos para el viaje.

-¿Y las chicas?- le hice sitio a Andy en el sillón ya que el interrogatorio iba para largo. No me acordaba mucho de lo que había pasado la noche anterior.

-Andrea se fue no muy tarde, la llevó un viejo amigo mío a casa, tranquila, está bien. La dije que me mandara un mensaje de que había llegado sana y salva.

-Qué buen anfitrión de fiestas estás hecho. Gracias por todo, por preocuparte por Andrea, por mi y por…. Espera, no has dicho nada de Irene.

-Ah, bueno, Irene… está en buenas manos – dijo mientras señalaba al pasillo de la casa al que daban sus habitaciones.

-¿HA DORMIDO AQUÍ?

-Sssssssh, baja la voz, que algunos todavía siguen durmiendo.

-Perdón – dije susurrando - ¿Intentas decirme que Irene ha dormido aquí?

-No lo intento, lo he hecho. Está con Ryan.

-¿Qué qué? – mis ojos se abrieron como platos para mirar a un sonriente Andy.

-Son mayorcitos, pueden hacer lo que quieran.

-Osea que han…

-No tan rápido enana, que haya dormido aquí no quiere decir que hayan hecho nada…malo.

-Lo siento, por las mañanas no razono bien hasta que me tomo mi vaso de café.

-Si, va siendo hora de desayunar.


Andy me ayudó a levantarme y fuimos a la cocina. Mientras desayunábamos, Andy me fue contando lo que había pasado en la fiesta. Al parecer, al poco de llegar Andrea e Irene a la fiesta, apareció Tyler. Los chicos pensaron que estaría bien invitarle ya que era la “pareja oficial” de Andrea. Según Andy, cuando le vi entrar, me fui directa a la cocina y me hice con una botella de Vodka rojo. Andy me quitó la botella cuando iba por la mitad, pero ya me había hecho efecto. Irene había pasado toda la noche con Ryan, hablando y tonteando mientras que Andrea estaba con Tyler.


-¿Te suena algo de lo que te estoy contando? – dijo Andy mientras se comía la última galleta del paquete.

-Recuerdo a Joel diciéndome que era mejor que me fuese a casa, pero yo no quise. También me suena bailar con alguien encima de una mesa – dije avergonzada.

-Fueron los cinco minutos más entretenidos de la fiesta. ¿Te gustó mi bailecito, eh?

-¿Fuiste tú? Menos mal, me había empezado a asustar… Bueno, cuéntame todo lo que hice mal.

-Después de la tarta y demás, sólo quedamos nosotros cuatro, vosotras tres y Tyler. Decidimos hacer una ronda de chupitos y después otra, y otra. Todo acabó en una ronda de “yo nunca he”… lo pasamos bien. Luego llegó la hora de jugar a la botella y… bueno… asustaste a Joel con tu… pasión. Pero cuando nos llegó el turno, a mi no me pareció que te pasaras. Fue una buena noche – dijo sonriendo.


Me quedé pálida. No sabía cómo actuar. Tendría que disculparme con más de una persona…


-¡Inocente!

-Espera… ¿QUÉ?

-La parte de los chupitos es cierta, pero solo quedábamos nosotros cuatro, tu prima y tú. Y lo de la botella es menitra.

-¡Eres un capullo! ¡Te vas a enterar! – dije abalanzándome sobre él. Empecé a hacerle cosquillas y, cómo no, ambos acabamos en el suelo, riéndonos – Te odio.

-Yo también enana, yo también.


Después de recoger lo que habíamos utilizado en el desayuno, decidimos recoger un poco la casa. Una vez pusimos todo en su sitio, decidimos que era hora de despertar a los demás. Antes, hice una paradita en el baño, ya que, como había supuesto, tenía el maquillaje corrido.

Entramos en la habitación de Joel, parecía que le habían tirado encima de la cama, y que no hubiese tenido fuerza suficiente como para meterse dentro o si quiera, ponerse el pijama. Dejé a Andy que le despertase, ya que había sido idea suya despertarlos. Se acercó lentamente a su oído, y le metió su dedo, el cual, se había chupado antes. Era repugnante, pero al parecer, también era efectivo. En el momento en el que su dedo tocó a Joel, éste dio un salto.


-Buenos días – dijo Andy mientras se subía a la cama y empezaba a saltar en ella.

-¡Imbécil! Bajate de mi cama.




-Buenos días Joel – dije asomándome por la puerta.

-Oh, buenos días Ainé. ¿Qué…qué tal? – dijo con voz de dormido.

-Bien, con lagunas sobre lo de ayer, pero bien. Andy, vamos, deja que se levante el solito. Creo que es capaz de hacerlo sin ayuda, ¿no? – solté entre carcajadas – Venga, que todavía queda lo más gracioso. Vamos, vamos.


Al llegar a la puerta de Ryan hicimos la cuenta atrás para entrar.


-Tres…

-Dos…

-¡UNO! –dijimos a la vez mientras entrábamos corriendo y asaltábamos la cama de Ryan. Ambos estaban durmiendo tranquilamente, pero no iban a durar así durante mucho tiempo.

-¡GUERRA DE ALMOHADAAAAAAS!





-¿Qué…? – dijo Ryan, antes de que Andy le diese en la cara con la almohada.

-Buenos días princesa – le dije al oído a Irene – Espero que hayas dormido bien porque… ¡esto es una guerra!


A los dos minutos éramos Andy y yo contra unos Ryan e Irene algo dormidos, pero espabilados. La guerra acabó en empate, con la habitación destrozada, y los cuatro tirados por el suelo.

Comimos los seis juntos, unos macarrones que Andy y yo preparamos. Después, llegó la hora de irse a casa, a descansar un poco. Este fin de semana había que preparar todo para el viaje.

El fin de semana se pasó demasiado rápido. Hice la maleta, preparé el pasaporte, el DNI, todo. Llevaba todo tipo de ropa: formal, informal, de invierno y de verano. No sabía qué iba a hacerme falta cuando estuviese en Los Ángeles…Los Ángeles, todavía no asimilaba que me fuese a ir con los chicos como su manager a grabar un videoclip… Tuve una pequeña charla con Tyler en la cafetería en la que trabajaba. Me dijo que me había comportado de una forma extraña en la fiesta pero que no le había molestado nada, ya que casi no hablé con él. Eso me alegraba, no quería estropear las cosas. Estábamos bien… o eso creía.


Domingo por la noche. Revisé la maleta varias veces, la mochila que llevaría a mano otras cuantas, y dejé preparada la ropa del día siguiente para no perder tiempo. 





Había quedado con los chicos en el aeropuerto a las 7 AM, y el avión salía a las 9:30 AM. En el aeropuerto teníamos que tener una pequeña reunión de equipo… qué raro sonaba todo. Antes de acostarme, decidí mandarle un mensaje a los chicos, pero se me adelantaron. Andy me mandó unos… treinta mensajes que ponían: “prepárate para volar, mañana nos vamos a LOS ÁNGELEEEEES”. Se notaba que estaba emocionado. Joel me mandó uno diciendo que si llegaba al aeropuerto y no los veía, que me sentase, que siempre llegaban tarde a las cosas el grupo. Qué profesionales. El mensaje de Ryan me hizo mucha gracia. Me dijo que no me olvidase nada, que si yo no iba, no había manager y no podrían hacer el videoclip, pero que no había presión. Adam simplemente me dio las gracias por ayudarlos a convertir su sueño en realidad. Agradecí este último, puse el móvil en silencio y apagué la luz. Mañana iba a ser un gran día, sin duda.

martes, 18 de junio de 2013

Capítulo 20

-¡HA LLEGADO EL ALMA DE LA FIESTA! – provenía de una voz que me era conocida…

-Joder.

-Dime que ese no es Ryan, por favor – dije mientras me escondía debajo de las sábanas.

-¿Joel? ¿Estás en el salón? – la voz de Ryan traspasaba las paredes de una forma impresionante.

-Joel, por lo que más quieras, haz algo, no puedo dejar que me vea… así.

-Antes no te importaba estar… así – dijo con una sonrisa pícara.

-Joel, deja las bromas para luego. ¡Vístete y sal! ¡Vamos!

-Esto no se va a quedar así, ¿eh?

-¡Sal de aquí, vamos!


Empujé a Joel de la cama mientras le iba pasando su ropa, que había acabado por el suelo de su habitación. Mientras se vestía, yo rezaba para que Ryan no viniese a su habitación.

Cuando Joel se fue, aproveché para vestirme… ¿dónde había puesto mis pantalones? Aquello era un revoltijo de cosas entre mi ropa y todos los objetos que habíamos apartado minutos antes. 





Cuando estuve lista, pensé que no estaría mal colocar un poco la habitación, así que me puse a colocar las cosas que había por allí tiradas. Mientras decidía dónde poner todo aquello, escuché la conversación que estaban teniendo Ryan y Joel.


-¡Tío! ¿Dónde te habías metido?

-Estaba… colocando un poco la habitación – dijo  mientras soltaba una pequeña carcajada. Sabía perfectamente que lo que había hecho era justo lo contrario.

-Aburrido. Espero que esta noche seas algo más… alegre (?) No quiero que en la fiesta haya caras largas, ¿vale? Así que prepárate para ponerle un poco de color a tu vida aburrida y sin color.

-Lo que tú digas Ryan…

-¡Así me gusta! Venga, ven a ayudarme, que tengo que sacar de las bolsas todo lo que hemos comprado.

-¿Y Adam? ¿Dónde te lo has dejado?

-Iba muy lento y me he adelantado. ¿Y Ainé? Andy me ha llamado para decirme que ya le ha contado todo y también me ha dicho que estaba aquí, contigo… ¿dónde la escondes?

-Ha ido a comprar vasos de plástico, que según ella, no había suficientes. Se ha ido hace poco, así que seguramente tarde en volver.


Bien pensado Joel pero… ¿y ahora qué hago? ¿Cómo salgo de aquí? Después de pensar unos minutos, no se me ocurrió otra cosa que llamar a casa de los chicos y decirle a Ryan que fuese a por mí a una tienda que estaba a dos manzanas de su casa, para que al salir, pudiese “escapar” y comprar en la primera tienda que encontrase. Después, le llamaría diciendo que abordase el plan, que al final no hacía falta que fuese a por mí.

En el camino de vuelta, me encontré a Ryan, y estuvimos hablando hasta que llegamos a su casa. Hablar con él era como hablar con mi hermano, podías contarle lo que fuese, que él siempre te escuchaba y te daba su opinión, sin rodeos, aunque con tacto, eso sí. 

Me estuvo contando que él fue le que avisó a Irene de lo del viaje y que ella mostró gran interés en pasar tiempo con los chicos. Este viaje prometía y tenía ganas de que llegase cuanto antes. 

También me dijo que él estaba interesado en Irene, cosa que no me sorprendía, ya que ella era un buen partido. Tenía pensado lanzarse en el viaje, cuando estuviesen a solas y… en privado. Su intención era que fuesen algo más que amigos,  pero sin llegar a comprometerse o sin ser algo serio. Yo no comenté mucho este tema, cosa que él entendió y que agradecí con todo mi corazón. Sabía lo que él quería, y también lo que quería Irene. No tendrían que esperar mucho para conseguir lo que ambos querían y me alegraba por ello. Y si por algún casual acababan juntos… Ryan sería mi primo, y eso tenía su parte positiva.

Cuando llegamos al ascensor, se hizo el silencio, hasta que justo en el momento en el que el ascensor llegó al sexto piso.


-Joel es tonto, pero debes perdonarle. Se vuelve vergonzoso con las chicas que le gustan – dijo guiñándome un ojo, mientras salía del ascensor.


Ryan… ¿me acababa de decir que le gusto a Joel? Bueno, algo así tiene que ser si casi…


-¡Ainé! – dijo Adam sacándome de mi embobamiento.

-¡Adam! ¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal?

-Pues bien, todo bien, la verdad. ¿Te quedas a comer?

-Si me invitáis…

-Vas a ejercer de nuestro manager así que supongo que tendrás que empezar a pasar más tiempo con nosotros, te guste o no.


Joel, que había oído lo que había dicho Adam, me sonrió, con cara de travieso. Como no tuviese cuidado nos podían pillar… Bueno, si todo iba bien, se acabarían enterando todos…


Andy  estaba en la cocina cuando fui a dejar los vasos de plástico que había tenido que comprar gracias a Joel. No pude evitar relamerme cuando nos enseñó lo que escondía aquella caja…Era una tarta de chocolate rectangular que tenía cerezas en los bordes a modo de decoración.




-Te gusta, ¿verdad? Cuando se me ocurrió comprar tarta para celebrarlo, supe que tenía que ser de chocolate y me acordé de ti al encargarla.

-Si sobra…. – dije poniéndole cara de niña buena. Sabía que no podría resistirse.

-Si usas tus dotes de actriz para poner cara de pena, juegas con ventaja. Pero si, si sobra, será toda tuya, tranquila.

-¡Gracias! Sabes que te quiero, ¿verdad? – dije colgándome de su cuello mientras le daba un abrazo.

-Yo también te quiero enana, pero quita, que tenemos que poner la mesa, ¿o no quieres comer? – dijo entre risas.


Comimos unas pizzas que había hecho Joel al microondas… todo un manjar, por cierto, pero al menos era comida. Mientras comíamos, los chicos me contaron que en LA íbamos a pasar una semana y que a parte de ir a los sitios dónde tenían que grabar, también harían algunas entrevistas, irían a alguna que otra fiesta y algo de vida social con famosos no les venía mal. 

Estuvieron hablándome de unos amigos suyos que también tenían un grupo de música, llamados “The Wanted”. Pero no eran como Lawson, ya que eran cinco chicos que cantaban, no tenían músicos que formasen parte de la banda, por así decirlo. Andy me contó que él había conocido a Max, uno de ellos, cuando ambos formaban parte de otro grupo de música que no triunfó. Me hablaron muy bien de ellos, y tenía ganas de que me los presentaran. Al parecer, ambos grupos iban a tocar en una especie de… fiesta, así que allí los conoceríamos.

Cuando terminamos de comer, los chicos decidieron echarse una siesta, ya que pensaban quedarse hasta tarde con la fiesta. Yo decidí ir a un pequeño centro comercial que estaba a apenas tres calles de su piso, a comprarme algo más… decente para la fiesta, ya que no tenía ganas de irme en autobús hasta casa, cambiarme y volver.

No quería arreglarme mucho así que en cuanto vi algo que me convencía, lo compré, sin más demora. Decidí ponerme una falda con una camisa y unos tacones, algo no muy formal.

Miré el reloj: todavía tenía tiempo de tomar algo antes de ir a casa de los chicos. Entré en la primera cafetería que vi y pedí un café con leche, ya que tenía que despejarme para lo que vendría esa noche.

De vuelta, decidí ponerme el i-Pod en aleatorio y me sorprendí al escuchar “Boulevard of broken dreams” de Green Day… hacía bastante que no escuchaba esa canción. Casi sin darme cuenta, estaba ya subiendo en el ascensor. Todo estaba pasando muy deprisa… o esa era mi sensación.


Adam fue previsible, y me había dejado sus llaves por si ellos seguían durmiendo. Entré sin apenas hacer ruido. Fui directamente al salón y me encontré a Andy durmiendo en el sillón… qué mono era cuando dormía. Eran casi las cinco, así que decidí ir al baño a prepararme. El maquillaje no era muy buen amigo mío, así que me hice la raya del ojo y me eché rimmel... suficiente para mí.




Al salir del baño, me encontré a un sonriente y recién levantado Andy.

-¿Quién eres tú y qué has hecho con Ainé?

-Idiota - dije sacándole la lengua.

-Ahora en serio, estás muy guapa – dijo dándome un beso en la mejilla.

-Gracias ricitos.

-¿Puedes ayudar a Joel a colocar las cosas en su sitio? Yo tengo que ducharme.

-Si, dúchate, no vaya a ser que tus invitados se acaben desmayando por tu olor a macho.

-Te la vas a ganar enana, te aviso.

-No vas a pegarme, soy adorable, ¿recuerdas? Venga, a la ducha, señor mayor – dije empujándole dentro del baño y cerrando la puerta para que no pudiese decirme nada. Fui directamente al salón para ayudar a los chicos.

-Estás….

-¿Si? - Joel estaba algo… asombrado (?) Si, esa podría ser la palabra para describirlo.

-Estás muy guapa – dijo sin poder mirarme a los ojos. Era muy mono cuando hacía eso.

-Oh, gracias – dije mientras soltaba una carcajada nerviosa.


Todo estuvo listo a su hora, los chicos, preparados y bien vestidos. Iban con camisa y vaqueros, cosa que a todos les sentaba bastante bien. Mientras esperábamos a que la gente fuese llegando, Ryan decidió hacer uno de esos batidos suyos que llevan de todo.

La gente iba entrando y saludaba a los chicos mientras yo me quedaba en una esquina, apartada. Al poco, llegaron Irene y Andrea. Andrea llevaba un vestido azul oscuro y unas manoletinas, mientras que Irene iba con tacones, leggins y una camiseta larga que tenía la espalda al descubierto, muy de su estilo.


-¡Chicas! Menos mal que habéis llegado, me estaba quedando marginada - dije mientras abrazaba a ambas.

-Te queremos, pero... ¿puedes dejarnos respirar? - dijo Andrea como pudo.

-¡Perdón! Es la emoción. Por cierto, os veo bien - dije guiñándoles un ojo y riéndome.

-Tú también estás muy guapa tortuguita - dijo Andrea.

-Gracias limón - dije dándole un pequeño achuchón. al alejarme de ella, me di cuenta de algo... - ¿Dónde está Irene?

-¿No es esa que está allí? - Dijo señalando a la parte del salón que estaba debajo del enorme ventanal - Y ese no es....¿?

-¿Estás viendo lo que yo?


Por la reacción de Andrea si, estaba viendo lo mismo que yo.... Ambas estábamos viendo a Irene y a Ryan compartiendo algo más que unas palabras...


---------------------------------------------------------------------------------

¡HOLA!

¿QUÉ TAL TODO? ESPERO QUE BIEN Y ESPERO QUE VUESTRAS VACACIONES PROMETAN. SIENTO MUCHÍSIMO HABER TARDADO TANTÍSIMO EN SUBIR CAPÍTULO, DE VERDAD. A PARTIR DE AHORA, MI INTENCIÓN ES DE SUBIR DOS A LA SEMANA, PERO TODO DEPENDE. ME GUSTARÍA QUE HICIERAIS LA ENCUESTA QUE ESTÁ EN LA PARTE DERECHA DE LA PÁGINA, PARA MÍ SIGNIFICARÍA MUCHO QUE FUESEIS SINCEROS :) HAY UN APARTADO, DEBAJO DE LA ENCUESTA, EN EL QUE OS DOY LAS GRACIAS A TODOS POR LEERME, YA QUE AGRADECER LAS COSAS NUNCA VIENE MAL.

ESPERO QUE ME PERDONÉIS POR TARDAR TANTO Y ESPERO QUE OS ESTÉ GUSTANDO LA HISTORIA.


GRACIAS POR TODO,

Ainé

xx

@annie_aine

sábado, 20 de abril de 2013

Capítulo 19


¿Por qué no me había llamado? Irene le dijo que me llamara lo antes posible… Me temí lo peor. Sacar ahora el tema no sería lo correcto, así que lo dejé estar.

Andy por fin me soltó, después de unos intentos más de escaparme por mí misma y aproveché para ir a saludar a Joel.


-¿Molesto?

-¡Qué va! Andy me estaba haciendo cosquillas porque… ahora mismo no lo recuerdo, pero la noticia ya me la ha dado. ¡Enhorabuena, vais a grabar un vídeo!

-Gracias – dijo mientras me apartaba después de darle un abrazo. ¿Era cosa mía o se notaba tensión en el ambiente? No me pegaba mucho esta forma de actuar en Joel... parecía tan... bueno e inocente...

-Joel, ¿y los demás? – Andy, siempre sacándome de las peores situaciones.

-He hablado con ellos y ya están de camino. Tendremos todo listo para la fiesta, tranquilo.

-¿Fiesta? ¿Qué fiesta?

-¡Muy bien Joel! Quería que fuese una sorpresa…

-Perdón, pensé que ya se lo habías contado todo… - Esto ya me cuadraba más en la forma de actuar de Joel.

-No te preocupes, tarde o temprano se iba a dar cuenta - dijo Andy quitándole importancia al asunto.

-Aún sigo aquí – dije riendo, creo que de la tensión y de no saber qué estaba pasando.

-Vamos a dar una pequeña fiesta para celebrar la gran noticia esta tarde, aquí, en casa. Y estás invitada, por supuesto.

-¿Una fiesta? Hmmmm vale, me apunto. ¿Aquí, en el piso? Claro, por eso lo habéis limpiado. Mentiroso - dije mirando a directamente a Andy.

-No quería estropearte la sorpresa, no te enfades.

-Y se puede saber a qué hora es la fiesta o…

-A las seis, contando con que empiece a las siete.

-¿Necesitáis ayuda? Puedo ayudar en lo que haga falta.

-Pues ahora que lo dices… ¿Qué hora es? Son más de las once y media…tengo que ir a comprar una cosa que se me había olvidado. Quédate con Joel y vais pensando en qué vamos a hacer para que en el mini piso que tenemos quepa bastante gente.

-¿A cuántos has invitado? – preguntó Joel.

-A toda la gente que nos apoya: amigos, familiares, ya sabes. Bueno, me voy, que cierran la tienda. ¡No os portéis mal!


Estaba tan embobada pensando en que tenía que estar a solas con Joel hasta que llegaran Adam y Ryan, que no me di cuenta de que Andy estaba saliendo por la puerta y al cerrarse ésta, me asusté. 

Estaba claro que no era mi día. 

Descubrí a Joel riéndose de mi por el susto que me había llevado, y también me reí yo. La situación era graciosa, la verdad.


-Bueno… ¿y qué se supone que tenemos que hacer? - dije intentando romper el silencio.

-Estabas tan embobada que no has oído nada de lo que ha dicho Andy, ¿verdad?

-Creo que si… digo… si estaba embobada y no, no lo he oído.

-“Supuestamente” tenemos que hacer sitio en el salón para que quepa toda la gente que venga a la fiesta. Lo que no sé es cómo. ¿Alguna idea?

-¿Qué te parece si tiramos los muebles por la ventana? Más espacioso imposible, ¿no crees?


La tensión desapareció, pero yo no podía aplazar durante mucho tiempo la conversación que teníamos pendiente. Tenía que hablar con él si o si.


Decidimos poner el sillón grande pegado a la pared, para que quedase espacio en medio para bailar, y a un lado pusimos una mesita para las bebidas y la comida. No había mucho que recoger, ya que los chicos se habían tomado la molestia de hacer un poco de limpieza para la fiesta. 





Después, nos fuimos a la cocina a sacar de las bolsas todo lo que había traído Joel, y lo fuimos poniendo en su sitio: refrescos, cervezas y otras bebidas al frigorífico, patatas y demás variedades a la mesa y las servilletas a la encimera.


-¿Hay algo más que hacer?

-Creo que no… ¿Qué te parece si jugamos a algo mientras esperamos a los demás? Puedes quedarte a comer y así no tienes que ir y volver para luego volver a irte.

-Es una buena idea pero… mi ropa no es la adecuada para una fiesta, esta mañana he cogido lo primero que he visto en el armario, la verdad.

-¿En serio? Pues entonces es que todo te queda bien.

-Es más, no me gusta nada esta chaqueta. No sé ni por qué la he cogido.

-¿Y si no te gusta… por qué la llevas puesta?

-Si, debería quitarme- espera, ¿soy yo o me estás lanzando indirectas?

-Si fuese así… ¿estaría mal?

-Primero tenemos que hablar.

-¿De qué? Yo creo que no hacen falta las palabras…





Cada vez se acercaba más a mí.


-Te llamé el otro día y como no lo cogías, te dejé un mensaje, bueno, yo no, fue Irene y.. 


Concéntrate, tienes que hablar con él antes de nada.


-¿A mi móvil? Lo perdí ayer… no tengo ni idea de dónde está. Me parezco a un amigo mío… pierde su teléfono cada mes.

-¿Y no pierde la cabeza?

-La perdió hace mucho tiempo… pero bueno, ya le conocerás. Y… ¿de qué querías que hablásemos?

-Del… incidente del otro día

-¿Incidente? ¡Aaaah! ¿Hablas del beso?


Cada vez que hablaba daba un paso hacia mí. Casi podíamos tocarnos.

Resiste, Ainé, resiste.


-Si.

-¿Y por qué llamarlo incidente si fue intencionado?


Podía notar su respiración.


-Esa respuesta me vale.


Ya no podía esperar más, así que rodeé su cuello con mis brazos mientras el me acariciaba la mejilla. Hacía dos minutos sabía ir hasta su habitación, pero ahora lo único que hacía era chocarme con todos los muebles de aquella habitación. Una vez llegamos al pasillo, fue fácil llegar hasta su habitación, simplemente tuvimos que dejarnos llevar. Apartamos las cosas que había encima de la cama, sin mucho cuidado, no nos importaba demasiado lo que fuese, sino que ese algo estaba en nuestro camino.





-¿Estás segura de…?

- Para estarlo solo necesito que me respondas a una cosa: ¿me quieres?

-Me gustas.

-¿Cuánto?

-Lo suficiente como para saber que quiero hacer esto.



-------------------------------------------------------------------

¡HELLO!

¿QUÉ TAL TODO?
SÉ QUE ÚLTIMAMENTE HE TARDADO MUCHO EN SUBIR CAPÍTULO, PERO ESPERO QUE ME PERDONÉIS AL HABER SUBIDO ESTE CAPÍTULO UNOS DÍAS DESPUÉS QUE  EL OTRO, SIN DEJAR ESPACIO APENAS.

MUCHAS GRACIAS A LOS QUE ME LEÉIS,  DE VERDAD, GRACIAS.

Ainé

xx

@annie_aine




martes, 16 de abril de 2013

Capítulo 18


Al volver de la casa de Andrea, estaba tan cansada que me quedé dormida en el sillón sin darme cuenta. Me desperté al día siguiente sufriendo dolor de espalda, debido a la mala postura en la que me había dormido bien. Fui a la cocina a hacerme un café y miré la hora: 9:30 AM. ¿Qué hacía yo despierta a esas horas? Bueno, ya que me había levantado, podría aprovechar a salir, dar una vuelta, y a seguir pensando qué hacía con mi vida.


Subí a mi habitación, me vestí sin tardar demasiado, y salí por la puerta. ¿Ahora qué? Miré mi teléfono y vi que tenía un mensaje de Andy del día anterior que no había visto. En él me decía que teníamos que hablar, así que le llamé.


-¿Ainé? ¿Eres tú?

-¡Hola Andy! Si, soy yo. Siento no haber contestado antes al mensaje, pero ayer me quedé dormida en el sillón y... bueno… ¿qué querías?

-Siempre haciendo de las tuyas… ¿una mala resaca?

-Tan gracioso como siempre.

-Por la hora que es supongo que te habrás levantado para hacer algún recado, ¿me equivoco?

-Pues la verdad es que sí, te equivocas – no pude evitar reírme – Me he despertado y no quería seguir durmiendo.
No tengo planes, ¿por?

-Pues ahora si los tienes. Te espero en mi casa dentro de… media hora. Sin rechistar.

-¿Tan importante es? Bueno, vale, allí estaré pero…

-Sin peros. Te veo en treinta minutos. ¡Te quiero enana!

-¡Hasta ahora!


Mientras hablaba con Andy, había ido andando sin rumbo fijo y acabé en la gasolinera. Ya que estaba allí, compré una bolsa de regalices rojos y unos chicles. Al salir, vi que el autobús estaba cerrando las puertas, así que corrí todo lo que pude para no perderlo. 





Tras sentarme en uno de los asientos de atrás y guardar las cosas en la mochila, decidí escuchar algo de música para relajarme. Coldplay fue mi mejor opción.


El autobús me dejó bastante cerca de la casa de los chicos, así que fui puntual. Al llegar al portal, Andy ya estaba abriéndome y desde el telefonillo me felicitó por mi puntualidad.


Al llegar, me abrió la puerta un Andy que parecía que se había tomado cuarenta tazas de café y que estuviese en pijama hacía que fuese más gracioso aún.


-¡AINÉ! Pasa, pasa. Vamos, ¡lenta!

-¡Cuánto tiempo! ¡Cuánto me alegro de verte! Gracias por tan acogedora bienvenida, eh.

-Lo siento pequeña, pero es que estoy que me subo por las paredes.


Después de darme un abrazo de los suyos, que te dejaban sin respiración, me llevó al salón.


-¡AINÉ! Pasa, pasa. Vamos, ¡lenta!

-¡Cuánto tiempo! ¡Cuánto me alegro de verte! Gracias por tan acogedora bienvenida, eh.

-Lo siento pequeña, pero es que estoy que me subo por las paredes.


Después de darme un abrazo de los suyos, que te dejaban sin respiración, me llevó al salón.


-¿Estás sólo en casa?

-Si, los demás han ido a… Tenían cosas que hacer. Supongo que luego vendrán.

-Me estás ocultando algo, pero bueno. Si no quieres contármelo será por algo. No voy a obligarte.

-No, no. No te adelantes, ¡claro que voy a contártelo! Pero dame tiempo – dijo mientras nos sentábamos en el sillón.


Se notaba que habían limpiado… ¡hasta se podía ver el suelo! Empecé a reírme al darme cuenta y Andy me miró como si estuviera loca.


-¿Habéis contratado a una señora de la limpieza y no me lo habías dicho?

-Al… bueno, pensamos que era hora de limpiar un poco. No quieras saber lo que hemos encontrado debajo del sillón…

-Ahórrate los detalles, quisiera dormir esta noche.

-No creo que puedas – dijo casi inaudible – Bueno, ¿quieres saber por qué estás aquí?

-¡Evidentemente!

-Vale, ahí va. ¿Te acuerdas que te conté que tuvimos unas cuantas reuniones relacionadas con LAWSON? Bueno, pues después de mucho reflexionar la discográfica… ¡Nos ha contratado y grabaremos nuestro primer videoclip la semana que viene!

-¡No me lo puedo creer! ¡Qué ilusión! ¡Enhorabuena!





-Y lo mejor no te lo he dicho todavía… ¡grabaremos en Los Ángeles!

-¿En serio? ¡Es genial!

-Y la discográfica nos deja llevar a algún amigo… ¡haz las maletas que nos vamos a Los Ángeles, babe!

-¿QUÉ? ¡No puede ser! ¿En serio? ¡Aaaaaaaah! ¡Gracias, muchísisisisisisisimas gracias! ¡Os quiero tanto!

-No te emociones, que no eres la única elegida. Nos dejan llevar a nuestro “equipo artístico”: estilista, fotógrafa, maquilladora… Así que al viaje también vienen tu prima, Andrea y unos amigos que nos esperan allí. ¿Te gusta la idea?

-¡Me encanta! Y… ¿cuándo nos vamos? ¿Dónde dormiremos? ¿Dónde vais a rodar? ¿Irene y Andrea perderán instituto?

-Demasiadas preguntas a las que aún no puedo contestar. Eres la única que faltaba por saberlo, te he dejado para el final. Irene y Andrea sólo estarán el sábado y el domingo, pero tú te vienes el viaje entero señorita, tú no te escapas.

-¿Y quién se supone que soy yo para la discográfica?

-Serás como la suplente de nuestro manager, ay que él tiene que quedarse aquí resolviendo unos asuntos. ¿Te parece bien’

-¿Y cuánto cobra vuestro manager? Por hacerme una idea de lo que vais a pagarme…

-¡Te acabas de ganar un ataque de cosquillas en toda regla!

-No, ¡por favor!


Después de numerosos intentos fallidos de quitarme a Andy de encima, se abrió la puerta. Supuse que serían los chicos e intenté levantarme, pero al parecer, Andy no quería que me levantase.


-¡Tú no escapas!

-¡Suéltame, por favor! – no se ni cómo pude articular esas palabras, no podía dejar de reírme.

-¿Andy, eres tú?

-¡Si, estoy en el salón!

-Andy, por favor, suéltame.

-Creo que no.

-¿Ainé?





-Hola Joel. 



-----------------------------------------------------------------------------

¡ALOHA!

¿QUÉ TAL? ¿TODO BIEN? ESPERO QUE HAYÁIS DISFRUTADO DE LAS VACACIONES Y QUE ME PERDONÉIS POR TARDAR TANTO EN SUBIR CAPÍTULO. ESPERO QUE OS ESTÉ GUSTANDO LA HISTORIA Y SI TENÉIS ALGUNA SUGERENCIA NO DUDÉIS EN DECÍRMELO, QUE NO MUERDO :)

Ainé

xx

@annie_aine








martes, 26 de marzo de 2013

Capítulo 17

No recuerdo cuánto tiempo estuvieron nuestros labios en contacto, pero sí la sensación que aquello me provocaba. Me sentía bien, a gusto… feliz. Sentí que eso era todo lo que quería en ese momento: estar allí, con Joel y sin tener que preocuparme por nada más.





......


-Bueno, cuéntanos qué tal con Tyler - Irene empezó la “reunión” de CSF.

-¡Eso! ¿Qué tal te trata?

-Es súper bueno conmigo, me trata genial y es muy detallista.

-Eso lo ha debido aprender en Italia porque antes no era para nada así. Era un logro que se acordase del día de….


Irene me mandó una de esas miradas suyas que te dejaban sin respiración. Capté el mensaje.


-Lo siento limón, no me hagas caso. Sigue.

-Pues no sé, ¿qué queréis que os cuente?

-¿Qué tal es? Y no me refiero a si es un caballero - Irene siempre tan directa.

-¡Eso no se cuenta, jo! - Andrea era muy mona cuando decía esas cosas, pero a Irene esa respuesta no la dejó tranquila.

-Bueno pero cuéntame, estoy intrigada...


No me apetecía escuchar esa conversación, por lo que decidí ir a la cocina a hacer palomitas. Ya que me había levantado, fui al baño, salí al balcón a que me diese el aire, hice dos bolsas de palomitas y volví.


-¿Dónde estabas? ¡Pensábamos que te había tragado el retrete!

-¡Tengo palomitas! Lo siento, he ido a hacerlas y me he entretenido.








-Bueno, ¿qué tenías que contarnos? Antes has mencionado que era algo relacionado con los chicos de Lawson.

-Sí, claro.


Les conté que en principio quise pasar la tarde con Andy, pero que al final la pasé con Joel. Cuando llegué a la parte del beso, llegó lo divertido. Irónicamente.


-¿Entonces? ¿Qué pasó? - Al parecer, a Irene y a Andrea no les sorprendió que Joel y yo acabáramos… besándonos.

-¡Eso! ¿Qué pasó después? - Andrea era incapaz de ocultar su entusiasmo.

-Nada, no pasó absolutamente nada.

-¿Cómo que nada?

-Nada. Me despedí de él y me fui. Cuando estaba saliendo de su portal, me encontré con el resto de los chicos. Les saludé mientras Andy entraba cargado de bolsas. ¿Qué habría comprado? El caso, es que notó que yo estaba… diferente, y me dijo que ya hablaríamos después. Y eso es todo.

-¿Y ya está? ¿No pasó nada más? Pues vaya… ¿y no habéis hablado desde que ocurrió….?

-¿El incidente? No. Al parecer, el… “incidente” no ha debido significar nada para él.

-¿Y para ti si? - dijo Andrea con una gran sonrisa dibujada en su cara.

-En el camino de vuelta, no fui capaz de quitarme la cara de boba que se me quedó y sonreía en todo momento. ¿Responde eso a tu pregunta?

-Si, la verdad es que sí.

-¡AAAAAAAAH! ¡Qué bien! ¡Ya tenemos a un nuevo chico CSF!

-Para para. No vayas tan deprisa. Yo que tú no correría tanto - Sentía cortarle el royo a Andrea, pero yo no quería emocionarme, y mucho menos que se emocionaran ellas.

-¿Y por qué no hablas con él? Hija mía, tienes su teléfono, manos con el que cogerlo y boca con la que hablar. ¿Cuál es el problema? ¿A qué esperas?

-¿Y si él no me ve de esa forma?

-Pues al menos de esta forma lo sabrás. Oh, ¡por favor! No seas tonta, a él se le pone la misma carita de corderito que se te pone a ti cuando habláis juntos. Sólo tienes que recordar el día que los conocimos, ¡se fue directo a saludarte!

-Pues por esa regla de tres, Ryan está coladito por ti. No fue capaz de resistirse y se abalanzó sobre ti…

-No me cambies de tema, señorita - dijo Irene lo más seria que pudo - Joel te gusta… ¿y qué? ¿¿Qué hay de malo en eso??

-¿Y si no le gusto?

-En vez de avanzar, retrocedemos. Creía que esa pregunta la habíamos dejado contestada… A él le gustas, él a ti también. Hasta ahí todo bien, ¿no? Bueno, pues si ninguno de los dos mueve un dedo, pasaréis a ser dos tontos que se quieren pero que son tan cobardes que se pasan la vida esperando.

-Irene tiene razón. Si él no hace nada, ¿tú tampoco vas a hacerlo?


Tenían razón, Joel me gustaba, pero me daba miedo lo que vendría después…


-Entonces…¿qué hago? ¿Le llamo y le digo que desde que sus labios tocaron los míos no dejo de sonreír como una completa imbécil; que cada vez que oigo su nombre empiezo a temblar; que la última imagen que pasa por mi cabeza antes de acostarme…?

-Basta de ñoñerías.

-¿He dicho yo eso? ¡Me estoy volviendo loca! Estoy empezando a hacer lo que tanto odiaba…¡Ayudadme!


Andrea no paraba de reírse de mi, se veía que estaba disfrutando de todo esto.


-Tranquila, te perdonamos. Lo que tienes que hacer ahora es llamarle. O mejor, queda con él. Con un poco de suerte, podrás repetir lo que al parecer es la última imagen que pasa por tu mente antes de dormir en un colchón relleno de pétalos de rosa en tu castillo de princesita - nada más decir esto, me guiñó un ojo a modo de burla.


Después, me acercó mi teléfono. Tenía que hacerlo. Si no apuestas no ganas…¿no?


Busqué su nombre en la agenda del teléfono. Antes de llamarle, miré su foto de contacto. En ella salía sonriendo y llevaba un gorro de lana puesto. Parecía que nada malo podría hacer o decir ese chico…


Llamando...





No sabía qué ni cómo. ¿Qué iba a decirle? Y sobretodo… ¿cómo iba a decírselo?


“Ha llamado al número ……… Deje su mensaje después de oír la señal…..PI”


-¡Hola Joel! Nada, que mi prima quería hablar contigo de un asuntillo pero al parecer estás ocupado. Bueno, ¡llámala cuando puedas! Gra-


 ……PI……


-¿QUÉ HAS HECHO?

-¿No querías que fuese él el que diera el primer paso? Bueno, pues en cuanto mire su teléfono te llamará.

-Yo te mato Irene, ¡YO TE MATO!


Esto último desencadenó una guerra de cojines, mantas y de todo lo que estaba al alcance de nuestras manos, no hacíamos distinciones.



Si dejábamos todo así, la madre de Andrea nos prohibiría la entrada a su casa, recogimos todo antes de irnos. Aquello pasó de ser un poblado arrasado por varios huracanes, a una habitación normal y corriente de una casa normal.



-------------------------------------------------------------------

¡HOLA!

SIENTO MUCHO HABER TARDADO TANTO EN SUBIR, PERO HE TENIDO UNOS PEQUEÑOS PROBLEMILLAS QUE ESPERO HABER SOLUCIONADO DEL TODO. SI QUERÉIS QUE OS MENCIONE CUANDO SUBA CAPÍTULO, SÓLO TENÉIS QUE DECÍRMELO Y LO HA´RE ENCANTADA :)

ESPERO QUE OS ESTÉ GUSTANDO Y ¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME!

PD: Espero que os guste el nuevo encabezado de la página ;)

Ainé

xx

@annie_aine